
Con gotas de rocío
de mi alma,
rosas blancas
le llevo hoy a mi amada.
Cada gota, una sonrisa.
cada pétalo, un beso.
Cada rosa...una caricia.
Las dejaré
en sus pechos blancos,
dulcemente con mis manos.
Las mantendré
vivas con la mirada
y las visitaré,
como ahora hago,
cada madrugada
y durarán siempre,
floreciendo
como nuevas,
en la mañana.
Cada gota, una sonrisa.
cada pétalo, un beso.
Cada rosa...una caricia
a la mujer enamorada.