jueves, 18 de septiembre de 2008

DE LO EFÍMERO...





No hay que ser un sesudo Heráclito, ni un ensimismado Manrique para apreciar que en esta vida (y no creo en otra)todo, empezando por la vida misma, es pasajero y efímero.
Corren días aciagos para todo el mundo y en todo el mundo, aunque ciertamente no en la misma escala para el que pierde en la bolsa, habiéndose forrado con anterioridad, que para el que su estómago apenas tiene fuerzas para digerir una poca de harina, si es que la tiene a su alcance.
Todo pasa...decía Machado. Todo pasa. Ojalá esta época de crisis y de derrumbe dé lugar a otra situación internacional y humana más justa. Es un anhelo, que, aunque por deseado, yo no lo veo cercano. ¿Lo verán nuestros hijos, nuestras hijas?
Lo que es cierto es que nada será ya igual y quizá eso sea lo único esperanzador, que en el cambio venga algo de luz.
La foto que aparece arriba es la misma que la de hace unas pocas entradas. Es la misma y no lo es, porque todo pasa, todo cambia, todo acaba...
Sí, de esas 4 gallinas y de ese gallo presuntuoso y galán hoy solo quedan dos gallinas. Alguien, o la garduña o la jineta, o tal vez un perro que ha sido amaestrado para la caza por alguien con menos luces que él, esta noche entró en el corral y mató. Mató por matar, no comió. A cualquier ser vivo, nos incluimos todos, el hambre le hace perder el norte. Pero llegar a destruir solo para demostrar que se es, o que se quiere algo distinto, o que se piensa (¿en serio eso es pensar?) de diferente forma...Eso no se entiende.
Con el tiempo yo espero tener más gallinas y otro gallo. Con el tiempo yo espero que todo cambie.