Y yo te leerécada noche, cada mañanacomo uno más que esperaque en el brote nuevode tus versos,de tus palabrasrenazca la primavera.Como el solque tras las nubesasoma sus rayos, así te espero,como uno más.Como a una amiga,como a una compañera.
Las nubes son ambivalentes... como las personas.
A veces se nos cruza una nube y parece que nos quita la luz y la oscuridad que produce nos agobia con su abrazo frío...Pero si sabemos esperar, quizá en poco tiempo nos dé la lluvia deseada, fuente de vida y futuro. Y quizá entonces el frío se torne esperanza, la negritud se cambie en claridad y la humedad haga germinar la vida que continúa viva.
A veces duelen los silencios
como duelen los versos
de pie quebrado...
(¡Ay, qué dolor!)
Palabras no dichas
en silencio.
Coplas cantadas al aire
en un silencioso campo
de sepulcros vacíos,
donde cada cual pasea
en silencio.
(¡Ay, qué dolor!)
Ojos grandes
que miran redondos,
con vientres redondos,
en silencio.
Violaciones
de almas y de cuerpos
maltratados y rotos
en silencio.
(¡Ay, qué dolor!)
Penas aguantadas
en silencio.
Lágrimas tragadas
en silencio.
Palabras calladas
en silencio.
Flores desgajadas
de almendro.
(¡Ay, qué dolor!)
Palabras,
sombras disipadas
al contraluz de la luna.
Soledades encontradas
que se buscan renaciendo
como brotes de jazmín
libados por la brisa
de la noche,
consumidos por el deseo
lento y continuo
de un prolongado
amanecer.
Caricias y surruros,
calor, dulzura y arrullos.
Sábanas húmedas
suavizadas por los aromas del amor.
Palabras
que ahora buscan,
sudorosas,
los abrazos de los primeros
rayos de sol.1 de marz0 de 2007